El cerdo ibérico y el Arte en España
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Trabajo fin de Máster dirigida por Rafael Moreno Rojas. Esta tesis trata sobre la relación del cerdo ibérico y el arte. Por lo que es importante, en primer lugar, definir ambos términos de estudio. El arte es entendido generalmente como cualquier actividad o producto realizado por el ser humano con una finalidad estética o comunicativa, a través del que expresa ideas, emociones o, en general, una visión del mundo, mediante diversos recursos, como los plásticos, lingüísticos, sonoros o mixtos. El arte es un componente de la cultura, reflejando en su concepción los sustratos económicos y sociales, y la transmisión de ideas y valores, inherentes a cualquier cultura humana a lo largo del espacio y el tiempo. Se suele considerar que con la aparición del Homo sapiens el arte tuvo en principio una función ritual, mágica o religiosa, pero esa función cambió con la evolución del ser humano, adquiriendo un componente estético y una función social, pedagógica, mercantil o simplemente ornamental. El cerdo ibérico, es un animal eumétrico, su peso puede oscilar entre los 100 y 150 kg para las hembras vacías y entre 150 y 200 kg para los machos (no cebados). El peso adulto puede variar, dependiendo de la alimentación, cuidados, desarrollo, variedad racial, selección y otros. Es un animal entre mesomorfo y subdolicomorfo, (la longitud corporal supera o iguala a la alzada). A mayor longitud corporal, mayor será la longitud de la canal, y consecuentemente la longitud del lomo (músculo largo dorsal). Es de perfil subcóncavo, cabeza pequeña, medianamente ancha en el frontal y estrecha, casi en punta, en la cara, con hocico largo y disco terminal muy inclinado. Ojo poco manifiesto y pequeño. Orejas medianas, estrechas y llevadas en forma de "alero de tejado" cuando son cortas y algo plegadas a la cara cuando son más largas. La presencia del cerdo ibérico en la península a lo largo de la historia, siempre se ha dicho, ha quedado en referencias gastronómicas, artísticas y literarias constantes desde la época prerromana y posteriores, pasando por el Arcipreste de Hita o el Siglo de Oro español, inmortalizado casi siempre junto a las bellotas y quercíneas de las dehesas como plato o como alegoría de un modo de vivir.
Trabajo fin de Máster dirigida por Rafael Moreno Rojas. Esta tesis trata sobre la relación del cerdo ibérico y el arte. Por lo que es importante, en primer lugar, definir ambos términos de estudio. El arte es entendido generalmente como cualquier actividad o producto realizado por el ser humano con una finalidad estética o comunicativa, a través del que expresa ideas, emociones o, en general, una visión del mundo, mediante diversos recursos, como los plásticos, lingüísticos, sonoros o mixtos. El arte es un componente de la cultura, reflejando en su concepción los sustratos económicos y sociales, y la transmisión de ideas y valores, inherentes a cualquier cultura humana a lo largo del espacio y el tiempo. Se suele considerar que con la aparición del Homo sapiens el arte tuvo en principio una función ritual, mágica o religiosa, pero esa función cambió con la evolución del ser humano, adquiriendo un componente estético y una función social, pedagógica, mercantil o simplemente ornamental. El cerdo ibérico, es un animal eumétrico, su peso puede oscilar entre los 100 y 150 kg para las hembras vacías y entre 150 y 200 kg para los machos (no cebados). El peso adulto puede variar, dependiendo de la alimentación, cuidados, desarrollo, variedad racial, selección y otros. Es un animal entre mesomorfo y subdolicomorfo, (la longitud corporal supera o iguala a la alzada). A mayor longitud corporal, mayor será la longitud de la canal, y consecuentemente la longitud del lomo (músculo largo dorsal). Es de perfil subcóncavo, cabeza pequeña, medianamente ancha en el frontal y estrecha, casi en punta, en la cara, con hocico largo y disco terminal muy inclinado. Ojo poco manifiesto y pequeño. Orejas medianas, estrechas y llevadas en forma de "alero de tejado" cuando son cortas y algo plegadas a la cara cuando son más largas. La presencia del cerdo ibérico en la península a lo largo de la historia, siempre se ha dicho, ha quedado en referencias gastronómicas, artísticas y literarias constantes desde la época prerromana y posteriores, pasando por el Arcipreste de Hita o el Siglo de Oro español, inmortalizado casi siempre junto a las bellotas y quercíneas de las dehesas como plato o como alegoría de un modo de vivir.