Guía de práctica clínica del código ictus
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Resumen
Trabajo de Curso de Experto Universitario en Medicina de Urgencias y Emergencias (2013). Tutor: Félix Plaza Moreno. Los accidentes cerebrovasculares suponen un gran impacto socio-económico. En España son la segunda causa de muerte en la población y la primera causa de secuelas neurológicas permanente. Las previsiones relativas al envejecimiento poblacional, factor de riesgo principal del ictus, van a aumentar significativamente tanto la incidencia como prevalencia de esta enfermedad. Se han encontrado grandes avances tanto en la prevención como en el ratamiento del ictus. La identificación de los factores de riesgo y la posibilidad de modificarlos, el reconocimiento de los accidentes isquémicos transitorios como señal de alarma de un infarto cerebral inminente, la precisión diagnóstica y el haberse demostrado que una serie de medidas generales aplicadas en fase aguda limitan la lesión y evitan complicaciones, han certificado que es una tragedia previsible y en gran medida modificable. Se sabe que el 80-85% de los ictus son isquémicos, en estos casos se debe administrar fibrinólisis en menos de 4.5 horas desde el inicio del primer síntoma. Se ha demostrado que para alcanzar el éxito en la atención al ictus lo más importante es la rapidez con la que se detectan los primeros síntomas y se activan los sistemas de emergencias médicas, ya que se consigue administrar el tratamiento más idóneo al paciente minimizando así el daño neuronal (“el tiempo es cerebro”). Para conseguir homogenizar la prevención, atención y rehabilitación del ictus, se crea el “código ictus”, que agiliza y optimiza un traslado rápido con unas garantías de neuroprotección durante el mismo a un centro útil para su tratamiento definitivo.
Trabajo de Curso de Experto Universitario en Medicina de Urgencias y Emergencias (2013). Tutor: Félix Plaza Moreno. Los accidentes cerebrovasculares suponen un gran impacto socio-económico. En España son la segunda causa de muerte en la población y la primera causa de secuelas neurológicas permanente. Las previsiones relativas al envejecimiento poblacional, factor de riesgo principal del ictus, van a aumentar significativamente tanto la incidencia como prevalencia de esta enfermedad. Se han encontrado grandes avances tanto en la prevención como en el ratamiento del ictus. La identificación de los factores de riesgo y la posibilidad de modificarlos, el reconocimiento de los accidentes isquémicos transitorios como señal de alarma de un infarto cerebral inminente, la precisión diagnóstica y el haberse demostrado que una serie de medidas generales aplicadas en fase aguda limitan la lesión y evitan complicaciones, han certificado que es una tragedia previsible y en gran medida modificable. Se sabe que el 80-85% de los ictus son isquémicos, en estos casos se debe administrar fibrinólisis en menos de 4.5 horas desde el inicio del primer síntoma. Se ha demostrado que para alcanzar el éxito en la atención al ictus lo más importante es la rapidez con la que se detectan los primeros síntomas y se activan los sistemas de emergencias médicas, ya que se consigue administrar el tratamiento más idóneo al paciente minimizando así el daño neuronal (“el tiempo es cerebro”). Para conseguir homogenizar la prevención, atención y rehabilitación del ictus, se crea el “código ictus”, que agiliza y optimiza un traslado rápido con unas garantías de neuroprotección durante el mismo a un centro útil para su tratamiento definitivo.