Síndrome compartimental en el paciente traumático
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Trabajo de Curso de Experto Universitario en Atención al Trauma Grave (2013). Director/Tutor: Francisco Cabrera Franquelo. Definimos el Síndrome Compartimental Agudo en el paciente traumático como el conjunto de signos y síntomas secundarios al aumento de la presión en una celda fascial de un miembro secundario a fractura o aplastamiento, lo cual provoca una disminución de la presión de perfusión capilar comprometiendo la viabilidad de los tejidos. Se puede producir el síndrome compartimental en extremidades y en región abdominal. En el 70% de los casos es debido a un origen traumático. Fisiopatológicamente el aumento de la presión intracompartimental produce una compresión venosa, enlentecimiento o cese de la circulación capilar, lo que desencadena la formación de edema intersticial que a su vez aumenta más la presión provocando una isquemia muscular y nerviosa. El diagnóstico es clínico y la clínica del síndrome incluye las 6 “P”: Pain, parestesia, presión, palidez, parálisis, pulselessness. Como tratamiento se requiere cirugía inmediatamente mediante la apertura de las fascia muscular para descomprimir el compartimento afecto (fasciotomía). El hecho de demorar la cirugía puede llevar a un daño permanente, debiendo instaurarse el tratamiento en las primeras 6 horas.
Trabajo de Curso de Experto Universitario en Atención al Trauma Grave (2013). Director/Tutor: Francisco Cabrera Franquelo. Definimos el Síndrome Compartimental Agudo en el paciente traumático como el conjunto de signos y síntomas secundarios al aumento de la presión en una celda fascial de un miembro secundario a fractura o aplastamiento, lo cual provoca una disminución de la presión de perfusión capilar comprometiendo la viabilidad de los tejidos. Se puede producir el síndrome compartimental en extremidades y en región abdominal. En el 70% de los casos es debido a un origen traumático. Fisiopatológicamente el aumento de la presión intracompartimental produce una compresión venosa, enlentecimiento o cese de la circulación capilar, lo que desencadena la formación de edema intersticial que a su vez aumenta más la presión provocando una isquemia muscular y nerviosa. El diagnóstico es clínico y la clínica del síndrome incluye las 6 “P”: Pain, parestesia, presión, palidez, parálisis, pulselessness. Como tratamiento se requiere cirugía inmediatamente mediante la apertura de las fascia muscular para descomprimir el compartimento afecto (fasciotomía). El hecho de demorar la cirugía puede llevar a un daño permanente, debiendo instaurarse el tratamiento en las primeras 6 horas.