El pensamiento visual o "visual thinking" recupera el lenguaje visual para comprender y explicar la realidad, cuando las palabras se quedan cortas para expresar determinadas emociones y cualidades, ya que mientras leer texto supone un examen lógico y secuencial, dividido en partes, la lectura de imágenes requiere una aproximación al objeto de manera simultánea, holística, sintética e integral. Tras una tradición racionalista del conocimiento, que niega la emoción conectada a la percepción (y que ha relegado las artes a un segundo lugar en los sistemas educativos occidentales), ha llegado el momento de construir un nuevo paradigma más visual, transmedia y complejo, afín a la realidad que representa. El ‘visual thinking’ se aplica actualmente en múltiples campos relacionados con la innovación, ya sea en el mundo empresarial, en el relacionado con procesos creativos o en procesos de formación, sin olvidar su aplicación para el desarrollo personal de la imaginación.

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