Tratamiento farmacológico del asma : estrategias y terapias eficaces
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Resumen
El capítulo analiza las estrategias farmacológicas más efectivas para el tratamiento del asma, cuyo objetivo es controlar los síntomas, prevenir exacerbaciones y mejorar la calidad de vida del paciente. Se destacan dos pilares del tratamiento: el mantenimiento (glucocorticoides inhalados -GCI- y combinaciones con agonistas β2 de acción prolongada -LABA-) y el rescate (agonistas β2 de acción corta -SABA- o el uso de terapia MART). Esta última combina GCI y formoterol para el control y alivio, demostrando eficacia en la reducción de exacerbaciones graves. La personalización del tratamiento es fundamental, considerando factores como la gravedad de la enfermedad, presencia de comorbilidades y adhesión. También se mencionan nuevas opciones terapéuticas como los antagonistas muscarínicos de acción prolongada (LAMA) y fármacos biológicos, dirigidos especialmente a pacientes con asma grave. Las guías actuales priorizan el uso de GCI incluso en casos leves y desaconsejan el uso exclusivo de SABA debido a riesgos asociados. Finalmente, se aboga por ajustar el tratamiento de mantenimiento una vez logrado el control, promoviendo una estrategia de reducción gradual bajo supervisión médica.
El capítulo analiza las estrategias farmacológicas más efectivas para el tratamiento del asma, cuyo objetivo es controlar los síntomas, prevenir exacerbaciones y mejorar la calidad de vida del paciente. Se destacan dos pilares del tratamiento: el mantenimiento (glucocorticoides inhalados -GCI- y combinaciones con agonistas β2 de acción prolongada -LABA-) y el rescate (agonistas β2 de acción corta -SABA- o el uso de terapia MART). Esta última combina GCI y formoterol para el control y alivio, demostrando eficacia en la reducción de exacerbaciones graves. La personalización del tratamiento es fundamental, considerando factores como la gravedad de la enfermedad, presencia de comorbilidades y adhesión. También se mencionan nuevas opciones terapéuticas como los antagonistas muscarínicos de acción prolongada (LAMA) y fármacos biológicos, dirigidos especialmente a pacientes con asma grave. Las guías actuales priorizan el uso de GCI incluso en casos leves y desaconsejan el uso exclusivo de SABA debido a riesgos asociados. Finalmente, se aboga por ajustar el tratamiento de mantenimiento una vez logrado el control, promoviendo una estrategia de reducción gradual bajo supervisión médica.