Un desafío generacional : reformular la convivencia social desde una perspectiva de género : El caso de Argentina en la primera mitad del 1900
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Abstract
Trabajo de investigación dirigido por Encarnación Lemus. El marco histórico en el que se sitúa esta investigación es la etapa de modernización del Estado Nacional, iniciada en la década de 1860 por las primeras presidencias liberales pero que cobró ritmo creciente hacia finales del siglo. Ese proceso de modernización fue el contexto para el desarrollo de lo que se denominó “la cuestión social”: problemática relacionada con la formación de nuevos sectores sociales, los que exigieron del Estado reconocimiento y respeto de sus derechos laborales, sociales y políticos. Entre los nuevos actores sociales, las mujeres se hicieron presentes. Desde el Socialismo y el Radicalismo, se canalizaron las demandas de reforma y mejora de las condiciones de integración social, inserción laboral y participación política. Sus legisladores en muchos casos actuaron presentando en las Cámaras propuestas elaboradas por centros femeninos que impulsaban una reforma del Código Civil y una ampliación del Derecho Laboral acogiendo la transformación en funciones y expectativas que evidenciaban las mujeres. Hacia la década del cuarenta, el Peronismo tomará la posta en la defensa de los derechos laborales y políticos femeninos. Así, una reforma legislativa tuvo lugar en la primera mitad del 1900 procurando reconstruir las relaciones genéricas y reformular la convivencia en un plano de mayor equidad. Sin embargo los intereses femeninos no siempre fueron atendidos en relación al concepto de estado de derecho incompleto de sus poseedoras, el reclamo no se originó en el trastrocamiento de los valores, atributos y principios de lo femenino incorporados en el imaginario colectivo sino tangencialmente. La cuestión femenina fue mayormente abordada dentro de la compleja cuestión social que preocupaba por igual a las diferentes fuerzas políticas. Debió transcurrir la primera mitad de siglo para que muy lentamente esas imágenes comenzaran a modificarse. Era evidente que, más allá de los discursos contradictorios operó también el desigual ritmo de desarrollo de la reforma jurídica y de la modificación del colectivo cultural, retrasando y opacando los beneficios de la nueva normativa para las mujeres y para la construcción de una sociedad más justa y equitativa.
Trabajo de investigación dirigido por Encarnación Lemus. El marco histórico en el que se sitúa esta investigación es la etapa de modernización del Estado Nacional, iniciada en la década de 1860 por las primeras presidencias liberales pero que cobró ritmo creciente hacia finales del siglo. Ese proceso de modernización fue el contexto para el desarrollo de lo que se denominó “la cuestión social”: problemática relacionada con la formación de nuevos sectores sociales, los que exigieron del Estado reconocimiento y respeto de sus derechos laborales, sociales y políticos. Entre los nuevos actores sociales, las mujeres se hicieron presentes. Desde el Socialismo y el Radicalismo, se canalizaron las demandas de reforma y mejora de las condiciones de integración social, inserción laboral y participación política. Sus legisladores en muchos casos actuaron presentando en las Cámaras propuestas elaboradas por centros femeninos que impulsaban una reforma del Código Civil y una ampliación del Derecho Laboral acogiendo la transformación en funciones y expectativas que evidenciaban las mujeres. Hacia la década del cuarenta, el Peronismo tomará la posta en la defensa de los derechos laborales y políticos femeninos. Así, una reforma legislativa tuvo lugar en la primera mitad del 1900 procurando reconstruir las relaciones genéricas y reformular la convivencia en un plano de mayor equidad. Sin embargo los intereses femeninos no siempre fueron atendidos en relación al concepto de estado de derecho incompleto de sus poseedoras, el reclamo no se originó en el trastrocamiento de los valores, atributos y principios de lo femenino incorporados en el imaginario colectivo sino tangencialmente. La cuestión femenina fue mayormente abordada dentro de la compleja cuestión social que preocupaba por igual a las diferentes fuerzas políticas. Debió transcurrir la primera mitad de siglo para que muy lentamente esas imágenes comenzaran a modificarse. Era evidente que, más allá de los discursos contradictorios operó también el desigual ritmo de desarrollo de la reforma jurídica y de la modificación del colectivo cultural, retrasando y opacando los beneficios de la nueva normativa para las mujeres y para la construcción de una sociedad más justa y equitativa.