Museos diocesanos : identidad, memoria y futuro
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Resumen
La valorización del patrimonio religioso puede convertirse en un momento de crecimiento cultural y oportunidad de desarrollo para la sociedad civil. Los museos diocesanos y, por lo tanto, los bienes culturales eclesiásticos pueden desempeñar un papel de gran importancia en este contexto: pueden ser un medio para la inserción de los jóvenes en el mundo laboral y, aún más, un instrumento para la rehabilitación social. Una nueva forma de economía, capaz de sustituir la lógica del beneficio por la de la belleza, la estética y, por lo tanto, la ética. Ejemplos de esta experiencia son: el proyecto "Puteoli Sacra" en Pozzuoli, que se ocupa de la integración de los jóvenes que han completado o están a punto de completar el período de rehabilitación en centros correccionales para menores y cárceles femeninas, poniéndolos en contacto con los bienes culturales de la Iglesia local. La cooperativa "La Paranza", nacida en la parroquia Madonna della Sanità en Nápoles, cuyos miembros son jóvenes del barrio que han dejado atrás la vida en la calle, la influencia de la Camorra y la criminalidad, y que hoy, en parte, han emprendido un camino de estudios y trabajan dentro de esta realidad, contribuyendo a una mayor recuperación del patrimonio cultural eclesiástico que se encuentra en el mismo barrio. A estas experiencias se suman las de Matera y Noto, cooperativas sociales siempre ligadas a la valorización del patrimonio cultural eclesiástico, aprovechando las potencialidades del "Proyecto Policoro", un instrumento promovido por la Conferencia Episcopal Italiana para favorecer la creación de empresas juveniles ligadas a la Iglesia.
La valorización del patrimonio religioso puede convertirse en un momento de crecimiento cultural y oportunidad de desarrollo para la sociedad civil. Los museos diocesanos y, por lo tanto, los bienes culturales eclesiásticos pueden desempeñar un papel de gran importancia en este contexto: pueden ser un medio para la inserción de los jóvenes en el mundo laboral y, aún más, un instrumento para la rehabilitación social. Una nueva forma de economía, capaz de sustituir la lógica del beneficio por la de la belleza, la estética y, por lo tanto, la ética. Ejemplos de esta experiencia son: el proyecto "Puteoli Sacra" en Pozzuoli, que se ocupa de la integración de los jóvenes que han completado o están a punto de completar el período de rehabilitación en centros correccionales para menores y cárceles femeninas, poniéndolos en contacto con los bienes culturales de la Iglesia local. La cooperativa "La Paranza", nacida en la parroquia Madonna della Sanità en Nápoles, cuyos miembros son jóvenes del barrio que han dejado atrás la vida en la calle, la influencia de la Camorra y la criminalidad, y que hoy, en parte, han emprendido un camino de estudios y trabajan dentro de esta realidad, contribuyendo a una mayor recuperación del patrimonio cultural eclesiástico que se encuentra en el mismo barrio. A estas experiencias se suman las de Matera y Noto, cooperativas sociales siempre ligadas a la valorización del patrimonio cultural eclesiástico, aprovechando las potencialidades del "Proyecto Policoro", un instrumento promovido por la Conferencia Episcopal Italiana para favorecer la creación de empresas juveniles ligadas a la Iglesia.