Transición agroecológica para la subsistencia y autonomía realizada por campesinas en una zona de conflicto armado en Antioquia, Colombia
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Trabajo Fin de Máster dirigido por Eduardo Sevilla Guzmán y tutora Marta Soler Montiel. En Colombia, en las últimas décadas se ha dado un proceso de empobrecimiento creciente de las mujeres, así como de feminización de la agricultura, producto de diferentes medidas de apertura económica y de la agudización del conflicto armado. Las mujeres sin acceso a propiedad y medios de producción, en condiciones precarias, han tenido que responder por el cuidado de la familia. En el campo, la situación es similar, añadiendo el deterioro de los agroecosistemas por la aplicación de la agricultura comercial con su paquete agroquímico y el permanente riesgo de éxodo campesino por estar en medio del fuego de los grupos armados. La Corporación Vamos Mujer (VM), en este contexto inicia la asesoría y acompañamiento a asociaciones de mujeres que se agruparon buscando resolver el empobrecimiento propio y de sus sistemas agrarios, entre ellas la Asociación de Mujeres Organizadas de Yolombó (AMOY) en 1995. AMOY, se preguntaba cómo resolver su situación de pobreza, en medio de la carencia de recursos, la pérdida cada vez mayor de capacidad de producción de sus parcelas y su falta de poder para tomar decisiones sobre el predio. Ambas, AMOY y Vamos Mujer, emprendieron un proceso de búsqueda de alternativas en “un marco agroecológico” en un momento donde en el país se conocían pocas experiencias que si bien existían no se nombraban así o permanecen invisibles como propuestas.
Trabajo Fin de Máster dirigido por Eduardo Sevilla Guzmán y tutora Marta Soler Montiel. En Colombia, en las últimas décadas se ha dado un proceso de empobrecimiento creciente de las mujeres, así como de feminización de la agricultura, producto de diferentes medidas de apertura económica y de la agudización del conflicto armado. Las mujeres sin acceso a propiedad y medios de producción, en condiciones precarias, han tenido que responder por el cuidado de la familia. En el campo, la situación es similar, añadiendo el deterioro de los agroecosistemas por la aplicación de la agricultura comercial con su paquete agroquímico y el permanente riesgo de éxodo campesino por estar en medio del fuego de los grupos armados. La Corporación Vamos Mujer (VM), en este contexto inicia la asesoría y acompañamiento a asociaciones de mujeres que se agruparon buscando resolver el empobrecimiento propio y de sus sistemas agrarios, entre ellas la Asociación de Mujeres Organizadas de Yolombó (AMOY) en 1995. AMOY, se preguntaba cómo resolver su situación de pobreza, en medio de la carencia de recursos, la pérdida cada vez mayor de capacidad de producción de sus parcelas y su falta de poder para tomar decisiones sobre el predio. Ambas, AMOY y Vamos Mujer, emprendieron un proceso de búsqueda de alternativas en “un marco agroecológico” en un momento donde en el país se conocían pocas experiencias que si bien existían no se nombraban así o permanecen invisibles como propuestas.